lunes, 5 de noviembre de 2012

El Legado de Prometeo, Miguel Santander

Finales del siglo XXI. Tras una tercera Guerra Mundial, nuestro planeta sufre las consecuencias cada vez más severas del cambio climático. Los terrícolas, afectados por las inevitables restricciones energéticas, ven como gobiernos y grandes corporaciones se disputan lo que queda de su mundo, mientras que una banda de neo-ludditas ecoterroristas intenta destruirlo. ¿La solución? Némesis, un agujero negro a 2 años luz de distancia y un proceso (descrito por Penrose en 1969) para obtener cantidades ingentes de energía de él. Una nave es construída con gran urgencia. Con sus 500 tripulantes viajará a Némesis en una misión de varias décadas con la esperanza de volver a tiempo de salvar la civilización humana.

Esta es una reseña de la primera novela larga de Miguel Santander (@migusant), astrofísico del Observatorio Astronómico Nacional y bloguero divulgador. Pese a ello, "El Legado de Prometeo" tiene todas las características de una genial novela de ciencia ficción dura, además de una trama bastante creíble.

En las antípodas de los "cerebros con patas" de las novelas de Asimov, la novela va desarrollando unos personajes complejos, imperfectos y bastante viscerales. Muchos de ellos están un poco más allá de la línea de la enfermedad mental, lo que anima la trama pero con la desventaja de dificultar la tarea de identificarse y empatizar con ellos. Los "malos" son bastante más simples, incluyendo perfiles como ecoterroristas y pérfidos capitalistas (toda una novela con conciencia de clase).

Mucho más destacable es el magistral uso de procesos científicos y la descripción de tecnologías en la novela. Ya sea narrando una persecución en bicicleta solar, describiendo la estructura y propulsión de la nave o los procesos de obtención de energía en el agujero negro, el lector se encontrará amenas pero rigurosas explicaciones. Algunas, particularmente aquella sobre malabares en la gravedad artificial de la Éxodo, me recordaron viejas conversaciones con el padre de Miguel, Mariano Santander, a quien tuve el honor de "sufrir" como profesor durante la carrera de Física.

¿Y qué decir más? Hay ascensores espaciales, una inteligencia artificial un tanto inquietante, una versión de la psicohistoria, y... ¡Numantinos! ¡Aparecen numantinos! ¿De verdad hace falta algo más para convencerte de que leas la novela?

En venta en Amazon.es (también versión Kindle).

3 comentarios:

Ahypnos dijo...

Me encanta el final del penúltimo párrafo de tu post. Esa es la mejor razón! :)

Lansky dijo...

Y los del panel del cambio climático pordrían llamarse 'Prometeo encadenado'

Juan Carlos dijo...

Me la apunto para ya mismo. Gracias por la reseña.
Salu2